Rainfall, groundwater, and surface water isotope data from extreme tropical cyclones (2016-2019) within the Caribbean Sea and Atlantic Ocean basins

Abstract

Under a changing climate, projections estimate that over the next thirty years, extreme Tropical Cyclones (TCs) will increase in frequency, with two to three times more Category 4 and 5 hurricanes in the Atlantic basin between 20°N and 40°N. In recent years, the Caribbean Sea and Atlantic Ocean basins have experienced several extreme TCs, resulting in extensive human, ecological, and economic damage [1], [2], [3]. To improve understanding of TCs and their potential impacts in the face of climate change, physically based understanding of past climate and modern TC dynamics is necessary. Despite the well-known Atlantic hurricane season, surface observations of the isotopic evolution of TC's moisture and the propagation of isotopically distinct pulses across surface and subsurface water reservoirs are lacking. In this data article, we provide novel high frequency sampling of surface rainfall isotope compositions (δ18O, δ2H, and d-excess in ‰) for Hurricanes Otto (Costa Rica, 2016), Nate (Costa Rica, 2017), Irma (Cuba and The Bahamas, 2017), Maria (Cuba and The Bahamas, 2017), and Dorian (The Bahamas, 2019). These five TCs were characterized by unprecedented impacts during continental and maritime landfalls and passages. In total, 161 surface rainfall samples were collected in passive devices [4] with event-based and daily frequencies, resulting in the first surface isotopic tempestology anatomy across the Caribbean Sea and Atlantic Ocean basins to date. Derived rainfall from TCs often results in large input amounts of isotopically distinct water over an area from few hours to several days, and therefore this unique isotope composition is propagated through surface and shallow subsurface reservoirs. Our data also include spring (N=338) and surface water (N=334) isotope compositions following the impact of Hurricane Otto and Tropical Storm Nate in central Costa Rica. As this region is well-known for its diverse rainfall dynamics and as a climate change ‘hot spot’ [5], [6], [7], our data provide an opportunity to improve and complement modern and past climate interpretations often derived from satellite products and calcite-δ18O paleoclimatic archives in light of climatic forcing, TC rainfall amounts and recharge rates, and the hypothesized climatic-induced decline of past Mesoamerican civilizations.

Bajo un clima cambiante, las proyecciones estiman que durante los próximos treinta años, los ciclones tropicales extremos (CT) aumentarán en frecuencia, con dos o tres veces más huracanes de categoría 4 y 5 en la cuenca atlántica entre 20 ° N y 40 ° N. En los últimos años, las cuencas del Mar Caribe y el Océano Atlántico han experimentado varias CT extremas, lo que ha provocado grandes daños humanos, ecológicos y económicos [1], [2], [3]. Para mejorar la comprensión de las CT y sus impactos potenciales frente al cambio climático, es necesaria una comprensión física del clima pasado y de la dinámica de las CT modernas. A pesar de la conocida temporada de huracanes en el Atlántico, faltan observaciones superficiales de la evolución isotópica de la humedad de TC y la propagación de pulsos isotópicamente distintos a través de depósitos de agua superficiales y subterráneos. En este artículo de datos, proporcionamos un muestreo novedoso de alta frecuencia de la composición de isótopos de lluvia superficial (δ18O, δ2H y exceso d en ‰) para los huracanes Otto (Costa Rica, 2016), Nate (Costa Rica, 2017), Irma (Cuba y Las Bahamas, 2017), María (Cuba y Las Bahamas, 2017) y Dorian (Las Bahamas, 2019). Estas cinco operaciones de cooperación técnica se caracterizaron por impactos sin precedentes durante los pasajes y recaladas continentales y marítimas. En total, se recolectaron 161 muestras de lluvia superficial en dispositivos pasivos [4] con frecuencias diarias y basadas en eventos, lo que resultó en la primera anatomía de tempestología isotópica superficial en las cuencas del Mar Caribe y el Océano Atlántico hasta la fecha. La lluvia derivada de los CT a menudo da como resultado grandes cantidades de entrada de agua isotópicamente distinta en un área desde unas pocas horas hasta varios días y, por lo tanto, esta composición isotópica única se propaga a través de depósitos superficiales y subterráneos poco profundos. Nuestros datos también incluyen composiciones isotópicas de manantiales (N = 338) y aguas superficiales (N = 334) luego del impacto del huracán Otto y la tormenta tropical Nate en el centro de Costa Rica. Como esta región es bien conocida por su diversa dinámica de lluvias y como un 'punto caliente' del cambio climático [5], [6], [7], nuestros datos brindan una oportunidad para mejorar y complementar las interpretaciones climáticas modernas y pasadas a menudo derivadas de productos satelitales y archivos paleoclimáticos de calcita-δ18O a la luz del forzamiento climático, las cantidades de lluvia de CT y las tasas de recarga, y el supuesto declive inducido por el clima de las civilizaciones mesoamericanas pasadas.