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dc.contributor.authorCalvo Díaz, Andrea
dc.date.accessioned2023-02-10T17:25:37Z
dc.date.available2023-02-10T17:25:37Z
dc.date.issued2014-06-01
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/11056/24653
dc.descriptionArte, Cultura y Políticaes_ES
dc.description.abstractDesde 1977, el Consejo Internacional de Museos declaró el 18 de mayo Día Internacional del Museo. La intensión fue reforzar la base institucional y canónica de los espacios que albergan la memoria histórica, natural, artística, entre otras. Costa Rica asumió la celebración con exposiciones, conferencias y visitas guiadas, mas vale preguntarse: ¿Cuál ha sido la interacción de los museos y lugares culturales en la recepción costarricense? Si el museo es un sitio venerable en la construcción identitaria de un país, ¿cómo ha interactuado la política en su reconocimiento y proyección nacional e internacional? A pesar de los esfuerzos museográficos, el docente de la sección artística, al sondear qué tan frecuente un estudiante visita un museo o lugares educativos, percibe la esporádica asistencia. En general, si se pregunta al público nacional, se encuentra la misma reacción. No obstante, en los últimos años se ha generado un fenómeno de articulación entre arte y política que no representa una valoración identitaria persistente. Costa Rica ha presentado sus museos y espacios culturales como dispositivos de atracción para la transacción política, generando la impresión de un país que legitima sus producciones artísticas y recintos históricos, cuando mencionada participación necesita legitimarse. Por ejemplo, el 19 de febrero de 2013, la expresidenta Laura Chinchilla recibió a Enrique Peña Nieto, mandatario de México, en el Museo de Arte Costarricense, una institución que necesitaba una proyección calificativa en cuanto a exposiciones y recursos económicos, después de polémicas exposiciones como Destaparte (propiciada por la Coca-Cola) y una fiesta de una joven quinceañera en el 2011. El 3 de mayo de 2013, los titulares de la prensa nacional pregonaban: “Visita de Obama puso a Costa Rica en la mira de la prensa mundial”. Esta vez no se recibió la celebridad política en un museo, pero sí en el Teatro Nacional (sitio cultural). Ese día, los costarricenses fueron enviados a sus casas, con el fin de desalojar las calles josefinas. Así, la delegación extranjera monopolizó el espacio cultural para el deleite de unos pocos. Por último, el 3 de junio de 2013 el presidente de China, Xi Jinping solicita a la presidenta conocer parte de la cultura popular costarricense. Nuevamente, en un espacio cultural, el político desayuna en el seno de una familia de Santo Domingo de Heredia; sin embargo, no hay una reestructuración de los programas educativos en la educación primaria y secundaria que rescate las experiencias y espacios cotidianos de la diversidad cultural costarricense. Ante este escenario, es preciso incentivar la colaboración constante del costarricense en museos, sitios culturales y la vivencia de la cultura popular. No es preciso esperar la visita de un político. Por su parte, el arte y los espacios culturales merecen el apoyo y sustento económico, así como la divulgación de sus producciones. Que esta celebración implique el eco cotidiano de las participaciones continuas a estos espacios, y no solo el lugar recordado cuando una fecha o evento político amerite.es_ES
dc.description.abstractSince 1977, the International Council of Museums declared May 18 International Museum Day. The intention was to reinforce the institutional and canonical basis of the spaces that house historical, natural and artistic memory, among others. Costa Rica assumed the celebration with exhibitions, conferences and guided tours, but it is worth asking: What has been the interaction of museums and cultural places in the Costa Rican reception? If the museum is a venerable site in the construction of a country's identity, how has politics interacted in its recognition and national and international projection? In spite of the museographic efforts, the teacher of the artistic section, when probing how often a student visits a museum or educational places, perceives the sporadic attendance. In general, if one asks the national public, the same reaction is found. However, in recent years a phenomenon of articulation between art and politics has been generated that does not represent a persistent identity valuation. Costa Rica has presented its museums and cultural spaces as devices of attraction for the political transaction, generating the impression of a country that legitimizes its artistic productions and historical precincts, when such participation needs to be legitimized. For example, on February 19, 2013, former president Laura Chinchilla received Enrique Peña Nieto, president of Mexico, at the Costa Rican Art Museum, an institution that needed a qualifying projection in terms of exhibitions and economic resources, after controversial exhibitions such as Destaparte (propitiated by Coca-Cola) and a party of a young quinceañera in 2011. On May 3, 2013, the headlines of the national press proclaimed: "Obama's visit put Costa Rica in the spotlight of the world press". This time the political celebrity was not received in a museum, but at the National Theater (cultural site). That day, Costa Ricans were sent to their homes, in order to clear the streets of Josephine. Thus, the foreign delegation monopolized the cultural space for the delight of a few. Finally, on June 3, 2013 the president of China, Xi Jinping asked the president to know part of the Costa Rican popular culture. Again, in a cultural space, the politician has breakfast in the bosom of a family in Santo Domingo de Heredia; however, there is no restructuring of educational programs in primary and secondary education that rescues the experiences and daily spaces of Costa Rican cultural diversity. Given this scenario, it is necessary to encourage the constant collaboration of Costa Ricans in museums, cultural sites and the experience of popular culture. It is not necessary to wait for a visit from a politician. For their part, art and cultural spaces deserve support and economic sustenance, as well as the dissemination of their productions. May this celebration imply the daily echo of the continuous participation in these spaces, and not only the place remembered when a date or political event deserves it.es_ES
dc.description.sponsorshipUniversidad Nacional, Costa Ricaes_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.publisherUniversidad Nacional, Costa Ricaes_ES
dc.rightsAcceso abiertoes_ES
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/publicdomain/zero/1.0/*
dc.subjectARTEes_ES
dc.subjectCULTURAes_ES
dc.subjectPOLÍTICAes_ES
dc.subjectARTes_ES
dc.subjectCULTUREes_ES
dc.subjectPOLÍTICAes_ES
dc.titleArte y Política. UNA posibilidad de integración cultural.es_ES
dc.typehttp://purl.org/coar/resource_type/c_998fes_ES
dc.description.procedenceCentro de Estudios Generales, Universidad Nacionales_ES


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